GLFx Plan de Amayo fortalece la tierra y las comunidades rurales de El Salvador

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19 Mar 2025

Autor: Ernesto Paredes, GLFx Plan de Amayo

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En el oeste de El Salvador, la Fundación Tacuzcalco tiene la misión de fortalecer las comunidades rurales y ayudarlas a gestionar el desarrollo sostenible de sus territorios. Nuestro equipo, que a su vez opera el semillero GLFx Plan de Amayo, promueve la diversidad cultural, cuida la biodiversidad y es ejemplo de buenas prácticas agrícolas. 

El Plan de Amayo, donde operamos, forma parte del sistema de áreas naturales protegidas (SANP) de El Salvador desde 1998. Esto es importante porque la zona alberga muchas especies animales y vegetales únicas en peligro de extinción, como ciervos, ocelotes, mapaches y murciélagos.

En esta región, mayoritariamente rural,  muchas familias practican la agricultura tradicional y cuidan del ganado. Sin embargo, muchas de estas técnicas agrícolas tradicionales están impactando negativamente las aguas superficiales y subterráneas. 

La cría de ganado y el cultivo de árboles frutales, caña de azúcar y otros productos son pilares importantes para las familias que trabajan y viven en estas tierras. Asimismo, su trabajo y bienestar dependen de su acceso a fuentes de agua de calidad para regar sus tierras. 

En otras palabras, la gestión sostenible de la tierra es crucial para su subsistencia.

En enero de 2005 se aprobó la Ley de Áreas Naturales Protegidas (LANP) que regula el establecimiento del régimen jurídico, la administración, el manejo y el crecimiento de las áreas naturales protegidas para conservar la biodiversidad, asegurar el funcionamiento de los procesos ecológicos esenciales y garantizar la salud de los sistemas naturales mediante una gestión sostenible en beneficio de los habitantes del país.

Parte de la importancia de la LANP es la creación de un corredor biológico nacional. Esto es crucial para garantizar la conservación del patrimonio natural del Estado a través de actividades productivas sustentables, contribuyendo al corredor biológico mesoamericano que corre entre el sur de México hasta Panamá y actúa como espacio seguro para que los animales migren.

Un día en el paisaje de El Salvador. Fotografía de Héctor Morales, Fundación Tacuzcalco.

 

Sembrar semillas para el cambio

 

Con el apoyo del Global Landscapes Forum (GLF), GLFx Plan de Amayo está construyendo un modelo de trabajo participativo junto a la comunidad para reforzar su respuesta a los retors medioambientales locales. 

El semillero GLFx Plan de Amayo esta trabajando con la gobernanza territorial para fortelezar la zona, brindando herramientas técnicas y metodológicas a familias, organizaciones comunitarias y líderes locales.

Con nuestras iniciativas y junto a las comunidades, somos protagonistas de la agricultura sostenible. Estamos fortaleciendo el paisaje y promoviendo el liderazgo de mujeres jóvenes y adultas para ampliar su impacto en el cuidado y la protección de nuestros ecosistemas. Apuntamos también al liderazgo de diferentes miembros de la comunidad, por ejemplo a través de la adopción de nuevos métodos de agricultura sostenible.

A pesar de los avances en el trabajo con las comunidades, las divisiones por ideologías políticas nos plantean retos y riesgos en los procesos organizativos. Por ello, reforzamos nuestras iniciativas de formación y de movilización de recursos para promover buenas prácticas agrícolas que beneficien a toda la población. 

También trabajamos por sistemas agroecológicos adaptados al sistema agroalimentario de la región.

Promovemos sistemas agroforestales alineados con las prácticas culturales locales. En conjunto, el cultivo de árboles, arbustos, ganado y cosechas contribuye a los medios de vida de las comunidades al tiempo que mantiene los suelos sanos; una estrategia clave para mitigar el cambio climático. 

Hacemos énfasis en la vida rural, ya que las comunidades de Plan de Amayo subsisten de la agricultura familiar. Producen los alimentos que consumen, como maíz y frijoles, que son semillas de tradición en Mesoamérica.

En 2024, al principio de nuestro viaje como GLFx Plan de Amayo, produjimos 10 000 plantas en un vivero comunitario. Capacitamos a 20 personas, en su mayoría mujeres jóvenes, y después, cuando trasplantamos plantas de este vivero, contribuimos a restaurar y proteger 40 hectáreas de tierra.

El sueño de GLFx Plan de Amayo es fomentar la adopción de nuevas tecnologías y sistemas resistentes a la crisis climática por parte de los agricultores tradicionales. 

Con el compromiso de los jóvenes, las mujeres y las comunidades locales, sabemos que podemos lograr un cambio duradero.

Campos exuberantes de Plan de Amayo. Fotografía de Héctor Morales, Fundación Tacuzcalco.

 

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