En Centroamérica, los paisajes forestales han sido significativamente impactados por actividades humanas, como la agricultura y la ganadería, que impulsan la deforestación y la degradación de los bosques. Durante el siglo XX, se perdieron millones de hectáreas de bosque cada año, especialmente en las zonas tropicales, con una conversión acelerada a tierras agrícolas. Los bosques secundarios y degradados ahora cubren grandes áreas, siendo clave para la restauración de ecosistemas y la provisión de productos forestales, aunque su manejo sostenible ha sido poco explorado y carecen de herramientas adecuadas para su aprovechamiento productivo.
Estos bosques, si se manejan adecuadamente, pueden contribuir a la conservación de la biodiversidad, la producción de madera y otros servicios ecosistémicos. Iniciativas como las leyes en Costa Rica y Guatemala, y programas como el Fondo de Cambio Climático y Manejo Forestal (FCCF), buscan dar valor a estos bosques mediante técnicas innovadoras de manejo forestal. Con el apoyo de capital y asistencia técnica, se espera que estos bosques contribuyan al suministro de productos forestales y al cumplimiento de los objetivos de restauración y reforestación en la región.